Niños menores de 1 año

 

El niño de tierna edad necesita el cariño y cuidados de la madre, del padre y de la familia. Debe disfrutar el calor humano, la intimidad y la relación continua con ellos; para ello, requiere el goce que ambos obtienen de la convivencia. Sólo alguien que siente como madre y padre, pertenece a su hijo y tiene satisfacción plena de este sentimiento, es capaz de entregarse al niño y prodigarle cuidados noche y día. De no producirse la evocación de la vinculación afectiva tanto en la madre, padre, como en el hijo, en los periodos sensibles (primeros meses) se van a presentar dificultades permanentes en las relaciones madre-padre-hijo y con las demás personas a lo largo de la vida.Lo fundamental es la relación afectiva que el niño establece con los adultos, pues depende totalmente de ellos para satisfacer todas sus necesidades.

 

En esta etapa la comunicación emocional con el adulto constituye la actividad rectora y por lo tanto la intencionalidad pedagógica se debe centrar en propiciar esta relación. Al comienzo son ellos quienes organizan y mediatizan su actividad; progresivamente  él irá logrando una mayor participación y actuación como sujeto independiente.Las actividades que se realizan con los menores en esta edad deben favorecer el sistema de relaciones que establece con los demás, consigo mismo y con el mundo.